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Conocido principalmente por sus películas de acción, el hongkonés Johnnie To es realmente un versátil director que no se asusta a la hora de afrontar otros géneros, tal y como demuestra su filmografía. La comedia, inicialmente tan distante a algunas de sus mejores obras, no es una excepción, tal y como demuestran películas como Yesterday Once More (Lung Fung Dau, 2004) o Live on a Diet (Sau San Naam Neui, 2001).
Si algo tienen en común las dos películas citadas con la que hoy nos ocupa, Blind Detective (Maang Taam, 2013), es la pareja protagonista: Andy Lau y Sammi Cheng, lo que ya nos daba una idea de por dónde podrían ir las intenciones del director, más allá de que la historia de un detective ciego podría encaminarle hacia aires más próximos a su reciente Drug War (Du Zhan, 2012).
Nada más lejos de la realidad, Blind Detective es cierto que nos ofrece ligeros retazos de acción, pero siempre ahogados bajo el peso de una comedia que incluso llega a rozar por momentos el humor absurdo, aunque termina por mostrarse más como una comedia romántica atípica. Por muy raro que suene todo, termina encajando gracias a la dirección de Johnnie To y al guion de su inseparable Wai Ka Fai.
La historia del detective ciego que se cruza en la vida de una prometedora policía, que vive atormentada por la desaparición de una amiga de la infancia. Ella le contratará para resolver el caso, pese a las dificultades de investigar algo ocurrido 20 años atrás. Dentro de lo que podríamos calificar como la parte seria de la película, nos introduciremos en la mente del detective para conocer sus métodos, recreando cada escena del crimen y haciéndonos partícipes de sus razonamientos, llevándonos con total lógica a la resolución final. En ese sentido, Blind Detective funciona como thriller, independientemente de la finalidad real de la película que es la comedia.
Centrándonos ya en la parte cómica, no hay duda de que la pareja que forman Lau y Cheng funciona en la gran pantalla, tienen química y se nota. Sus situaciones, que como ya hemos dicho van desde la comedia ligera hasta casi el absurdo, salpican la cinta y resultan efectivas, pese a que más de un espectador pueda verse saturado frente a este popurrí de contrastes que Johnnie To nos ofrece.
