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Anteriormente ya hemos visto ejemplos de cine de animación destinado a los adultos. En este caso nos fijaremos en Orejas Largas (Watership Down, 1978) dirigida por Marten Rosen en una época en el que el cine de animación europeo todavía tenía un sello distintivo respecto al acaramelado que nos llegaba de los Estados Unidos. Orejas Largas seguramente no es un caso tan paradigmático como otros que hemos tenido, ya que por muchos momentos da la sensación de que realmente es una película infantil a la que se han excedido añadiéndoles sangre, cosa que hoy en día, con la animación japonesa, ya parece hasta normal.
Así que tenemos a nuestros inocentes conejitos, que nos cuentan su propio génesis con el dios Frith, el sol, que dio vida a los animales y a los pájaros, dándoles características idénticas, entre ellos estaban, claro está, los conejos. Frith encomendó al príncipe de los conejos, El-ahrairah, la tarea de controlar a los de su especie. El príncipe hizo dejadez de funciones y los conejos, gracias a su voracidad, dejaban sin pasto al resto de animales. Para solucionarlo, Frith dio al resto de animales capacidades únicas, creando así depredadores, y a los conejos los dotó de velocidad y astucia, para que pudieran huir de todos sus enemigos. Con esto podemos inferir que con ese nombre, El-ahrairah, el bueno del conejo iba a tener complicado entrar en los EEUU gracias a Donald Trump, y que está claro que aquí vamos a tener moraleja humana.
Cierto, pero antes tendremos su particular éxodo gracias a Fiver, el conejo protagonista, quien intuye que un apocalipsis está a punto de llegar. Él, su hermano Hazel y otros conejos huirán de la madriguera ante la negativa del conejo jefe a hacer absolutamente nada. Comenzando así su huida y búsqueda de un nuevo hogar.
A partir de aquí la angustia comienza a crecer, como si despertaran al mundo real, con sus peligros y amenazas. También el despertar sexual, la necesidad por procrear y perpetuar la especie y también la de conquistar y defender tu territorio, aunque el enemigo sean también conejos. Orejas Largas es explícito en su contenido, mostrando sangre y heridas lacerantes, donde se muestra comedido es en el apartado sexual, ya que sólo se nombra. También muestra una sociedad jerárquica y autoritaria, lo que provocará los deseos de libertad de quienes están bajo el yugo de una dictadura militar.
Inicialmente calificado como para mayores de 9 años, lo que provocó más de un trauma, Orejas Largas se muestra como una película mucho más adulta tras repasar brevemente todos los temas que trata. Adaptación de la novela homónima de Richard Adams, inicialmente iba a ser dirigida por John Hubley, quien murió en 1977 por lo que Martin Rosen tuvo que coger el relevo, recibiendo una recepción muy positiva de la crítica y consiguiendo una cuantiosa recaudación. Todo esto hace todavía más extraño que no exista una edición doblada en nuestro idioma y sea casi imposible conseguir una edición en inglés. Algo que parece el sino de esta clase de películas.
