Michael Jackson: «Off the Wall» (III)

Get On The Floor

 

 

Tenemos la oportunidad de bailar
Toda la noche
Tenemos la oportunidad de movernos
Y será relajante con una canción

 

Vuelta a la senda disco de ‘Don´t Stop ‘Til You Get Enough’, ‘Get On The Floor’ es una arrebato de pura alquimia funk. Todo suena estratosférico. Se puede sentir hasta el más mínimo restañido de los bajos. Es un masaje salvaje para los oídos.  Las guitarras vuelven a sonar como percusiones africanas. La sección de cuerdas se hace grande, colándose hasta todos los rincones del mural aural en 3D creado por Quincy. El bajo suena tan en primer plano que su latido traspasa la canción hasta el sistema nervioso del oyente. Resulta imposible no sufrir palpitaciones ante semejante ejecución. Su sonido no sólo es híper físico sino que se puede tocar, literalmente. Como una superproducción en miniatura, ‘Get On The Floor’ exuda grandiosidad por todo su cuerpo. Una fila india de detalles milimétricos se suceden, a lo largo y a lo ancho de la canción. Su ADN responde más que nunca a unas propensiones maximalistas, pero con el gran acierto de dar autonomía propia a cada una de las pistas utilizadas.

 Un carnaval de efectos, en ‘Get On The Floor’ los coros femeninos se mueven como un motorik funkoide que añade una velocidad interna más. En cuanto a los coros de Michael, son utilizados como percusiones. Por su parte, las percusiones se doblan, triplican en una orgía de sonido en relieve. ‘Get On The Floor’ es inabarcable, tiene tantas capas que uno puede zambullirse hasta el fondo, y darse cuenta de haber pasado por al menos cinco niveles rítmicos diferentes. Su naturaleza por pieles es el mejor ejemplo de los métodos de Quincy. Estamos ante una canción-matrioska: cada vez aparece una nueva. No hay límites, el sonido parece diseñado para salir a través de un sound system jamaicano. No hay posibilidad de escuchar este tema y no aumentar el volumen hasta que la rueda ya no pueda girar más.

 ‘Get On The Floor’ es uno de los grandes regalos que le hizo Rod Temperton a Michael. En este caso, la canción es una nueva invocación al baile como terapia curativa, como la cima de dos cuerpos ardiendo en deseos por fundirse en uno solo. Si hubiera que buscar un hilo argumental en Off The Wall, éste sería su total predisposición por hacer crepitar cada baldosa de la pista de baile.

 

 

So get on the floor
And dance with me[1]

 

¿Ha quedado claro?

 

Off The Wall

 

Cuando el mundo está sobre tus hombros
Tienes que actuar y dejarte llevar,
Si no tienes esa sensación
Entonces no hay lugar para ti
En esta parte de la ciudad

Porque somos personas
Que viven la fiesta, día y noche.

Vivir como locos, es la única manera

 

El tema titular del disco, ‘Off The Wall’, cierra la primera cara en la cima del éxtasis. La dinámica arrolladora de ‘Working Day And Night’ y ‘Get On The Floor’ se ha ralentizado, pero eso no quiere decir que el trasiego de feromonas se vaya disipar. Ni mucho menos. El pulso disco sigue ahí, pero se ha extirpado la tribalidad percusiva. Hace falta espacio para el fastuoso estribillo moldeado, de nuevo, por un Rod Temperton que, al igual que Michael y Quincy, se encontraba en el cenit de su creatividad. En este caso, Rod diseña una melodía central que se eleva cuál hit del periodo clásico de Stevie Wonder. Las conexión con Wonder sigue muy presente, y ‘Off The Wall’ es una nueva muestra de ello. No obstante, estamos a una canción absolutamente autónoma, una nueva columna en la edificación del gran templo del súper-pop. La intro es de una suntuosidad cercana a temas como ‘Aquarius (Let The Sunshine In)’ de The Fifth Dimension. A diferencia de otras canciones, el corte que se produce da entrada al corpus de una canción que parece absolutamente independiente de la intro. Una vez dentro de este nuevo habitáculo sonoro, emerge una rueda de espejos. Los reflejos invocan al ritmo desde el alma. Las dinámicas internas de la canción no cesan. Al igual que sus compañeras de viaje, ‘Off The Wall’ es más una sucesión perfectamente diseñadas de mini-canciones, unas dentro de otras, que una sola canción.

 Si ‘Don’t Stop ‘Til You Get Enough’ es la maxima expresión de Off The Wall entonces ‘Off The Wall’ es el mismo corazón de toda la obra. La celebración de la vida como liturgia, ‘Off The Wall’ es el filtro mismo de la idea expresada por la canción: no sólo se trata de la necesidad de invocar la fiesta y el baile como una evasión al día a día en el trabajo, sino que la misma canción responde a ese fin en sí misma. ¿Existe alguna forma mejor de ir de fiesta que acompañado por esta canción? Lo dudo. Pero aún hay más, esta canción no sólo habla de evasión sino de autoconocimiento. Busca que te replantees hasta qué punto es lógico vivir únicamente para trabajar. No se trata sólo de disfrutar de la vida; en realidad, se trata de necesidad pura y dura, una manera de ralentizar el paso rápido de los años. La inhibición es ese “muro” que hay que traspasar. Para ello, la única forma posible es una terapia de choque. En este caso, encapsulada en cuatro minutos de pura alquimia funk de cinco estrellas. Deslumbrante.

Gotta hide your inhibitions
Gotta let that fool loose deep inside your soul
Want to see an exhibition
Better do it now before you get too old[2]

Definitivamente, ‘Off The Wall’ es la máxima expresión del momento de la plenitud artística que abrasaba a Michael en su interior.

 Fin al primer acto, si se hiciera una lista con las mejores caras de la historia, sin duda, Off The Wall tendría todas las papeletas para estar entre las diez más apoteósicas. Ahora el problema radicaba en cómo mantener la intensidad al darle la vuelta al vinilo. ¿Bajarán las pulsaciones?

Girlfriend

 

Le vamos a tener que decir

Que sólo serás mi chica

 

La segunda cara comienza con ‘Girlfriend’, el título que, en principio, se había pensado para titular este LP.  Por otro lado, ‘Girlfriend’ marca el punto de partida a la alianza entre Michael Jackson y Paul McCartney.

Michael: “Paul y Linda McCartney escribieron una canción con ese título, pensando en mí antes de que nos llegáramos a conocer. Paul McCartney siempre dice a la gente que esta historia es acerca de mí llamándole para decirle que deberíamos escribir algunas canciones de éxito juntos. Pero así no es exactamente cómo nos conocimos. Vi a Paul por primera vez en una fiesta en el Queen Mary, que está atracado en Long Beach. Su hija Heather consiguió mi número por alguien y me hizo una llamada para invitarme a esa gran fiesta. A ella le gustaba nuestra música y nos pusimos a hablar. Mucho más tarde, cuando se completó su gira con The Wings por América, Paul y su familia estaban en Los Angeles. Me invitaron a una fiesta en el estado de Harold
Lloyd. Paul McCartney y yo nos conocimos en la fiesta. Nos dimos la mano en medio de una gran multitud de personas, y él dijo: ‘Sabes, he escrito una canción para ti’. Yo estaba muy sorprendido, y le di las gracias. Y comenzó a cantar ‘Girlfriend’ para mí en la fiesta. Así que intercambiamos números de teléfono y prometimos reunirnos pronto, pero por diferentes proyectos, y la vida, lo dejamos en el camino y no hablamos de nuevo hasta un par de años después. Acabó incluyendo la canción en su propio álbum, London Town”[3].

 Tal como cuenta Michael, ‘Girlfriend’ acabo siendo utilizada por McCartney para el disco publicado por los Wings en marzo de 1978. Mientras que la versión del ex Beatle es un clásico ejercicio de dulce pop hercúleo, inundado de una capa tan suave como sofocante de guitarras acústicas -solo de guitarra incluido, detalles de cuerdas y teclados juguetones-, la versión de Michael y Quincy es un ejercicio mucho más sutil. Del soft-rock barroco a un estilizado soul-pop de cariz exuberante, la transfiguración llevada a cabo para esta adaptación no deja de ser otra marca personal del sello impuesto por Quincy. Aunque se trata de un tema que desprende en toda su expresión la ortodoxia súper-pop, ‘Girlfriend’ deja un pequeño regusto de insatisfacción. Una vez alcanzado el punto G del éxtasis disco-funk en la primera cara, el cambio de plano se nota demasiado, incluso precipitado. Llegados a este punto, hay que asumir que Off The Wall no sólo va a estar alimentado por las matemáticas trepanadoras hacia el mismo alma del ritmo, como ‘Get On The Floor’ o ‘Working Day And Night’. Una vez asumida la nueva vertiente que aflora, se puede disfrutar más gratamente de una exquisitez como ‘Girlfriend’. En ésta, todo suena acogedor, como una caricia. Resulta placentero dejarse abrigar por la cadencia semi-onírica de ‘Girlfriend’. Sin embargo, este estado de sueño casi feliz que desprende no se corresponde en absoluta con la letra.

Girlfriend
I’m gonna tell your boyfriend (yeah)
Tell him (woo hoo)
Exactly what we’re doin’ (yeah)
Tell him what you do to me
Late at night when the wind is free[4]

Nada más empezar, Michael está diciéndole a “su chica” que le va a explicar al novio que la está engañando con él. Cuanto menos, resulta curioso que McCartney declarara que estaba pensando en Michael cuando escribió esta canción. Definitivamente, el rol idealizado de Michael en canciones de amor ensoñador, celestial, se esfuma por completo. En la letra se expresa la esperanza de que ella quede libre cuando la otra parte sepa de la infidelidad sufrida. Sin embargo, mientras al principio era él quien se lo iba a decir al novio, ahora le está pidiendo que sea ella la que lo haga. ¿La cobardía del último momento? Por otro lado, resulta más que revelador el tono amenazante que se desprende en varios momentos. El más claro es cuándo él le dice a ella que va a enseñarle a su novio las cartas que ella le escribió.

Girlfriend
I’m gonna show your boyfriend (yeah)
Show him (woo hoo)
The letters I’ve been savin’ (yeah)
Show him how you feel inside
An’ how love could not be denied (oh no)[5]

En todo momento, planea la sensación de que ella no le quiere decir a su novio que está con otra persona. Michael está resentido y la culpa a ella por esto mediante una mezcla de rabia y resentimiento. Está impaciente, tiene miedo de que, si deja pasar el tiempo, la tercera parte ya no le deje marchar nunca a sus brazos. Este cúmulo de sensaciones no se corresponde en absoluto con el tono adorable de la canción. En este sentido, cabe otra interpretación para la atmósfera idílica que planea en todo momento: Michael está soñando. En su sueño se contrapone la realidad de las letras con la alegría de haber logrado lo que más ansía: estar con su “novia”, tal como reza el título de la canción. El hecho que en todo momento se refiera a ella como “su novia” no deja de ser la expresión más sencilla y profunda de los deseos del protagonista.

 ‘Girlfriend’ acabó siendo el tema titular del último single sacado del disco. Publicado el 16 de julio de 1980, incongruentemente, la cara B fue ocupada por ‘Bless His Soul’, un tema extraído de Destiny, su anterior disco junto a sus hermanos.

 Precisamente, el anterior single del disco fue ‘She’s Out Of My Life’, el siguiente corte de Off The Wall.

 



[1] Así que sal a la pista
Y baila conmigo

[2] Tienes que esconder tus inhibiciones
Tienes que dejar salir al loco que está en el interior de tu alma
¿Quieres ver una exhibición?
Mejor hacerlo ahora antes de que te hagas demasiado viejo

[3] Jackson, Michael: Moonwalk, página 141-142.

[4] Novia
Voy a decirle a tu novio (sí)
Decirle (woo hoo)
Exactamente lo que estamos haciendo (sí)
Decirle lo que me haces
Tarde en la noche cuando el viento es libre

[5] Novia
Voy a mostrarle a tu novio (sí)
Mostrarle (woo hoo)
Las cartas que he estado guardando (sí)
Mostrarle cómo te sientes por dentro
Y cómo el amor no se puede negar (oh no)