Formada en 1993 por Kristoffer “Garm” Rygg, la banda noruega Ulver ha llevado una camaleónica trayectoria desde su debut en Bergtatt (Head not Found, 1994), en el que atacaban con un furioso black metal mezclado con folk, estilo que abandonarían con su tercer álbum Nattens Madrigal (Century Media, 1996) en donde siguen los cánones del black metal a rajatabla, con una producción casi insana, guitarras estridentes y batería casi inaudible, dando lugar a varias leyendas sobre su grabación, desde que fue grabado en pleno bosque o que Century Media había adelantado el dinero necesario y que ellos lo habían gastado en cocaína, trajes de Armani y un Corvette. Algo que el propio Rygg desmintió y lo achacó a un rumor que inició la propia Century Media intencionadamente.
De cualquier forma, Nattens Madrigal significó el cierre de su particular trilogía del black metal, ya que Rygg decidió que era el fin de su relación con ese estilo de música, habiéndolo explorado ya tanto como deseó. Era el momento de ir en otras direcciones y comenzar a transformarse en una banda experimental que empezaba a incluir electrónica, rock progresivo, ambiental, neo clásica, trip hop… y lo que haga falta para componer sus parajes sonoros.
Ya constituidos como leyendas, en 2010 y formados por el propio Kristoffer Rygg, Tore Ylwikazer, Jørn H. Sværen y Daniel O’Sullivan, contando además con la colaboración de Tomas Pettersen, Christian Fennesz, Ole Alexander Halstensgård y la actuación especial del actor Ian Johnstone, dan vida a The Norwegian National Opera (Jester Records, 2011). Un concierto en el que la música de Ulver es apoyada por actuaciones en vivo del propio Ian Johnstone y por imágenes proyectadas durante el concierto.
The Norwegian National Opera, grabado el 31 de julio de 2010 en el recinto del mismo nombre, repasa buena parte de la carrera de Ulver, representando varias de sus canciones con un toque más ambiental todavía. Una experiencia para los sentidos y para los amantes de la música experimental que comienza con algunas partes cantadas donde Rygg demuestra su impresionante dominio vocal, ver For the Love of God como ejemplo, para ir dando paso poco a poco a canciones totalmente instrumentales con las que cerrar los ojos y dejarse mecer por la banda noruega. Llegando a su culmen en la parte final con Not Saved, cuya versión original ya la podíamos escuchar en el documental Until the Light Takes us, que en esta nueva versión resulta igual de magnética e hipnótica.
En su conjunto The Norwegian National Opera se muestra sin fisuras, no apta para todos los públicos por su propia naturaleza, pero sin duda un trago exquisito para los que quieran adentrarse en los oscuros parajes de Ulver.