La música que abre la serie es la misma. Las imágenes no. Poco queda de ese tono pausado y frontal. Ahora la cascada se enfoca desde un cenital; las cenefas de la Habitación Roja se mueven cada vez más aprisa, como si un conductor loco pisase a fondo el acelerador.
No está de más subrayar que en los títulos de crédito del comienzo de la serie no aparecen los nombres de los actores, sino que éstos se muestran al final del episodio de manera harto sobria. ¡Eh, las tornas han cambiado! Ya no son los actores, esos actores, los que tienen el poder de decidir por dónde va la serie o la película. Toma declaración de intenciones.
El segundo episodio va a más. Da escalofríos.
Retroalimentación: algo de Mulholland Drive/Fuego, camina conmigo -la aparición del espectro negro en la celda-. El árbol/rama recuerda al bebé de Cabeza borradora; ¡lo habíamos echado tanto de menos! También se intuye al maestro Val del Omar en la Habitación Roja, ese crujido mecánico y aterrador de Fuego en Castilla.
En el Bang Bang Bar se extraña a Julee Cruise, pero, en fin, hay que dar paso a las nuevas generaciones, los tiempos cambian, renovarse o morir, o tropezar en lo comercial, ¡ups!
Muchísimas gracias por los aportes de vuestra página y más agradecido por el alucinante hallazgo de ese gran director de cine experimental español llamado Val del Omar, gracias al film que habéis puesto. Es difícil de imaginar que el gran David Lynch pudiera acceder a la filmografía de este gran y desconocido director para muchos, pero quién sabe si pudo ver algún film y se inspirara en éste como en Buñuel.
¡Hola Jairo!
Muchas gracias a ti por tu comentario. Es un placer para nosotros dar a conocer al brillante Val del Omar, que, desafortunadamente, aún no ha sido reconocido en nuestro país como se merece.
Un abrazo muy fuerte y saludos twinpeakeros 🙂
Carmen