El Congo (X): Violencia

El escenario de violencia en la República Democrática del Congo es aterrador. El conflicto del Congo es uno de los más cruentos de la historia contemporánea. Occidente ha alimentado la guerra no sólo haciendo negocios con los recursos naturales del país, sino mediante el envío de armas. El estudio publicado recientemente por la Escola de Cultura de Pau y el Centre Delàs d’Estudis per la Pau pone sobre la mesa unas cifras bochornosas. Entre 2001 y 2012 la Unión Europea autorizó material de defensa para ser exportado a la República Democrática del Congo por valor de 18 millones de euros[1]. Durante este periodo, Bélgica exportó más de 4 millones de euros en armamento

Reino Unido, 3,8

Francia, 3,6

Alemania, 2,9

Bulgaria, 1,9

República Checa 1,2[2].

 

Por otro lado, el F.D.L.R. (Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda) es uno de los grupos armados más temidos en el Congo oriental. Fue fundado por supervivientes de las masacres de los campos de refugiados, acaecidas entre 1996 y 1997, durante la Primera Guerra del Congo[3]. Algunos de sus soldados son descendientes de los genocidas ruandeses. Otros pertenecen al grupo enviado por el presidente de Ruanda, Paul Kagame. La periodista Caddy Adzuba no duda en señalar a la administración de Kagame como «un gobierno terrorista contra su propia población»[4].

Un aldeano congolés: «Nuestra vida y nuestra muerte están controladas por el F.D.L.R. Cada vez que aparecen los combatientes del F.D.L.R. violan a las mujeres»[5].

El F.D.L.R, al igual que otras guerrillas como el N.A.L.U. o el L.R.A. «sólo se dedican a realizar masacres y violaciones de población civil congoleña. Son fuerzas con una imagen pública internacional tan mala que de alguna forma justifican que los ejércitos de Ruanda y Uganda se salten el derecho internacional y se instalen en el Congo para perseguirlas y ya que están allí, de paso se lleven sus minerales»[6].

«Hay un programa voluntario de desmilitarización de guerrillas de la O.N.U. que exige que los combatientes del F.D.L.R. se registren para volver a su país, Ruanda. Algunos lo hacen, pero dos o tres meses más tarde los encontramos nuevamente armados en suelo congoleño y cuando el servicio secreto les captura y les pregunta por qué están nuevamente en el Congo, su respuesta es que cuando llegan a Ruanda están obligados por Kagame a realizar el servicio militar y entonces son destinados al Congo nuevamente para hacer la guerra»[7].

Un soldado ruandés de la F.D.L.R: «Dile a ese hombre blanco que nos repatríe pronto o este país nunca estará en paz. Hasta que el F.D.L.R. vuelva a casa no habrá paz. Nunca»[8].

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[1] Parte del parte del envío de armas de Reino Unido y Alemania fue destinado a la Misión de Naciones Unidas. Jordi Calvo Rufanges y Josep Maria Royo Aspa: República Democràtica del Congo: Balanç de 20 anys de guerra, Escola de Cultura de Pau / Centre Delàs d’Estudis per la Pau, http://www.centredelas.org/images/INFORMES_i_altres_PDF/Informe_DelasECP_RDC_per-web.pdf, página 15

[2] Ibídem, página 15

[3] Michael Ramsdell, Cuando los elefantes luchan, (2015)

[4] Entrevista a Caddy Adzuba en José Eugenio Lucas: Los gobiernos europeos han financiado la guerra en el Congo en colaboración con las multinacionales, Diagonal, 23 de julio de 2010, https://www.diagonalperiodico.net/global/gobiernos-europeos-han-financiado-la-guerra-congo-colaboracion-con-multinacionales.html

[5] Michael Ramsdell, Cuando los elefantes luchan

[6] José Eugenio Lucas: R. D. del Congo: 20 años de guerras, Umoya, 25 de noviembre de 2016, https://umoya.org/2016/11/25/r-d-del-congo-20-anos-de-guerras/

[7] Entrevista a Caddy Adzuba en José Eugenio Lucas: Los gobiernos europeos han financiado la guerra en el Congo en colaboración con las multinacionales

[8] Michael Ramsdell, Cuando los elefantes luchan