Francisco Rabal es uno de los escasos actores españoles cuyo carisma traspasa la pantalla y el escenario envuelto en el regalo de una voz apastorada, ahora cansina, y en la serenidad majestuosa de una madurez que archiva, reúne y recuerda a los personajes hechos de inmediato pasado marcado por la guerra civil.
Hombre del pueblo, autodidacta, comunista soñador y en consecuencia poeta y trovero, ahora Rabal enriquece su carrera poniéndole voz y alma a la poesía latinoamericana del siglo XX y de la Generación del 27, divulgándola ante el público en un espectáculo sencillo y emotivo.
Arrancó con Gil de Biedma para seguir con Blas de Otero y José Agustín Goytisolo. Recuperó a Borges, García Lorca, Miguel Hernández, Pablo Neruda, Dámaso Alonso, León Felipe y José Hierro. ¡Qué reciedumbre de poesía antológica! ¡Qué emoción en la voz y en la dramaturgia, qué lágrimas tímidas en sus ojos!
Con su esposa, María Asunción Balaguer, recitaron La condición, un poema anticlerical que relata con galanura albertiana el encuentro entre un monseñor y una dama casada. Balaguer prosiguió en solitario en catalán recordando a Espriu, Gimferrer y Ferraté, y cerró con La vaca cega, de Joan Maragall. Rabal reanudó el recital con Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, prosiguió con Machado, intercaló ripios originales y concluyó con José Martí. Una delicia poética.
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«Queridos poetas» fue estrenada en Barcelona el 15 de septiembre de 2000 en el Teatro Victòria.
Juan Soto Viñolo publicó esta crítica el 18 de septiembre del mismo año en El Periódico de Cataluña.
¡YO estuver allí!
Vivo muy cerca del teatro, y me dí el gustazo de acercarme a disfrutar de esa poesía en vivo y en directo. Luego de la función me atreví a acercarme al poeta-actor y su señora, y les regalé una copia de la litografía ilustarda del poema «Pintame Angelitos Negros» de Andrés Eloy Blanco (nuestro poeta venezolano) Compartí un rato con ellos y me alejé con la satisfacción de haber contribuído a un intercambio sencillo y natural entre esas dos figuras…¡Lo recuerdo con mucho cariño!
Cecilia
Tu COMPINCHE
¡Qué recuerdo tan bonito, Cecilia!
Me alegra mucho que la recuperación de los artículos que escribió mi padre, Juan Soto Viñolo, de pie a que las vivencias y el arte sigan vivos.
Un abrazo enorme,
Carmen
¡Quise decir ESTUVE!
¡Y también se me alteró una «r» en ILUSTRADA!
¡Gracias por tu respuesta CARMEN! Ya sabe sque las sensibilidades de unos y otros, siempre acaban encontrándose…¿No te parece? ¡Yo, encantada de compartir mi recuerdo! «¡Dos almas que se juntan!» Jejejejeje…
Cecilia
Tu COMPINCHE
Qué razón tienes, Cecilia, ¡las sensibilidades se encuentran!
Abrazo,
Carmen