Tras tres años de su álbum debut, Carving a Dismembered God, los coruñeses Perpetual vuelven a la carga con un nuevo trabajo. En esta ocasión amparados por el sello discográfico Suspiria Records, con un nuevo productor y con varios cambios en la formación que han terminado con la entrada de Eloy y Borja en lugar de Virgi y Berto.
Si en Carving destacábamos que su estilo iba a caballo entre el death metal melódico y el técnico, es curioso que ahora, con Maze of Chaos, un sonido de bajo y guitarra más técnico y menos crudo ha resultado en una definición de la banda más hacia el melódico, sin abandonar esa sensación de estar ante un muro sónico compacto. Esa vertiente más melódica viene, entre otros aspectos, determinado por unos cortes de menor duración que aun así respetan las bases de la banda, con variados riffs y cambios de ritmo pero compactados en menos tiempo y abandonando así una sensación más machacante. Pese a eso, parece claro que temas del Carving como Slave Fear Machines seguirán siendo básicos en sus conciertos.
Otro de los aspectos que rápidamente destaca en Maze of Chaos es su producción, superior en todos los aspectos a su anterior trabajo, más puramente death metal que destaca mucho en la voz de Héctor, que suena ahora todavía más cavernosa en sus guturales y realza todavía más sus registros más agudos.
El disco comienza con la instrumental Isolated, que poco a poco va subiendo en intensidad y distorsión para prepararnos para la que se nos viene encima. El verdadero estallido comienza con Do not Allow Forgotten, el corte que más nos recuerda a su primer álbum ya que rápidamente se nos puede venir a la cabeza Age of Wolf, que fuera el tema adelanto de Carving a Dismembered God. Un tema muy melódico con un riff muy fácilmente reconocible que le puede hacer triunfar fácilmente en directo.
Maze of Chaos nos revela otra cara de Perpetual con su vertiente más cercana al black metal. El trabajo en la batería de Iván, más concretamente en el doble bombo, nos traslada rápidamente a bandas clásicas del black noruego, sin su típica producción voluntariamente descuidada. Además, tanto bajo como guitarra realzan esa sensación por el contraste del tempo entre los riffs y la fulminante batería, sin olvidarnos de la voz de Héctor con sus agudos.
Bloody Gathering retoma la senda más melódica, al igual que Unholy Blood con una voz agresiva y unos interesantes cambios de ritmo que la convierten en un tema variado y muy a tener en cuenta con un buen riff base, y una parte final muy visceral. Tras esto tenemos el segundo y último descanso con Shadow’s Rain, otro tema instrumental que llega para dar la función de interludio, pero que quizá como tal se antoje un poco largo.
Flags of Destruction nos devuelve a la realidad, en cierta manera hermana con Do not Allow Forgotten por su ritmo de batería fácilmente reconocible y riffs muy melódicos, aunque con un tono más oscuro. Sin embargo, quizá sea Misanthropy la que mejor podrías presentar a alguien para decirle “así suena Perpetual”, ya que aquí están todos los elementos reconocibles de la banda y en su justa medida.
Maze of Chaos se despide con Lobotomy, que en esta ocasión ha servido como tema de adelanto y se muestra muy contundente, martilleando en su estribillo. Queda así un álbum muy compacto, con una nota media alta quedando sólo a la espera de saber hasta dónde podrán llegar en su nueva ruta.