Siouxsie and the Banshees. Haciendo el Slowdive

 

 

Pon tu cabeza en el suelo
Agita todo tu cuerpo
Un sonido sucio
Ponte las rodillas en la cara
Y mira si puedes correr
realmente lento

 

 ‘Slowdive’ es la joya principal de A Kiss In The Dreamhouse. Si ‘Coocon’ era la prueba más elocuente de la libertada total que el grupo había alcanzado con el paso de los discos, ‘Slowdive’ es el mayor logro dentro de esa panorámica abierta a diferentes campos, casi chocando al azar.

Para esta ocasión vuelven las cuerdas, aunque sin la menor intención de crear una capa acústica. En su lugar, el par de violines, tocados por Anne Stephenson y
Virginia Hewes, se mueven juguetones pellizcando el espacio creado por el implacable ritmo de batería, como de música disco robotizada, ejecutado por Budgie. La guitarra de McGeoch encuentra sus aliados perfectos en los violines de esta canción, y los brotes de electricidad alterna, que arranca de las seis cuerdas, se adhieren como el pegamento dentro del triángulo conformado por sus dos partenaires y él mismo.

Pero la parte más interesante procede de la parte acústica de esta canción.

Severin: “Sólo era una noche de borrachera…”

Siouxsie: “Recuerdo que quería que los instrumentistas de cuerda disminuyeran la velocidad, y se cansaron. Así que, el ‘!oh Dios mío!’ que se oye en medio de la canción, es uno de los violinistas, ¡al que se le desliza la muñeca!”[1].

Anécdotas aparte, ‘Slowdive’ es el cierre que da pleno sentido al roce sexual que desprende en todo momento A Kiss In The Dreamhouse.

Siouxsie: “Otra canción sexual, pero más lúdica. Es muy abierta, muy relajada, suelta.La  escribí allí mismo después de una jam en el estudio”[2].

En efecto, ‘Slowdive’ es sexo lento, pero insistente. La fascinación del contacto generado por el baile se funde dentro de un marco donde la muerte es el placer final. Cada pieza tiene su lugar predestinado dentro del deslumbrante puzzle final.

Taking honeysuckle sips
From your rolling hips
It shifts and it shifts
It’s a slowdive when you die slow
When you come alive it’s a low jive
Do the slowdive
[3]

 

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Siouxsie: “‘Slowdive’ fue una letra improvisada…Es como, umm, si estás haciendo música, lo que equivale a decir que te estás expresando con algo que no se puede decir con palabras. Así que para mí explicar lo que significa es quitarle algo. Lo mismo quese pierde cuando estás haciendo un discurso. La música debería hablar por sí sola”[4].

Para ser improvisada, las intenciones parecen más claras que nunca. ‘Slowdive’ parece recrear una escena de zombis bailando mientras se desintegran poco a poco, miembro a miembro, bajo los focos incesantes de una discoteca de extrarradio. The Banshees se divierten y hasta aparecen haciendo una coreografía en el vídeo de esta pieza, que parece un capítulo de Dick Tracy en pleno Halloween. ¿Góticos? Definitivamente, y por su aún quedaba algo que demostrar, ‘Slowdive’ acabó por sellar la personalidad autónoma del grupo, totalmente despegada de las hordas góticas con las que siempre se les emparentaba.

Por otro lado, el título de esta canción sirvió tanto inspiración para el nombre de grupo shoegaze Slowdive como para James Murphy, que, como LCD Soundsystem, acabara haciendo una versión algo inocua de este tema.

El gran cierre a la trilogía, el mítico crítico musical Paul Morley analiza las entrañas de A Kiss In The Dreamhouse con su habitual intuición.

“Todos sus álbumes ahora podrían ser denominados como cuentos o cuentos dentro de los cuentos. Éstos tendían a describir, mediante una música pop enmarcada y despedida por el punk, cómo crecemos de un lugar a otro, o pasamos de un estado mental a otro, debido a todo tipo de conflictos. Habían abrazado, o se habían resignado, a la condición del outsider, fuera cual fuera su posición en las listas de éxitos, fuera cual fuera el tamaño de los lugares en los que tocaban. Sin embargo dieron la bienvenida a lo que, superficialmente, parecía el interior del carrusel del rock”.

“Mirando hacia atrás, vemos cómo el corazón del grupo eran Siouxsie y Severin, una mezcla de fluidos de metal y membrana, esclarecimiento y pulso, los dos encerrados en sus propias habitaciones escribiendo palabras monstruosas y ácidas sobre el deseo y el terror.Tocando la batería con total simpatía, siguiendo con el plan fueran cuales fueran las circunstancias, con la cabeza hacia abajo y los brazos fuertes, buscando el significado de todo esto a través del ritmo, ahí estaba Budgie, quien se convirtió en un segundo corazón. Debido a que se creó de esta manera, el grupo se mantuvo fiel a los primeros sonidos urgentes, precarios que ellos enloquecieron por muy lejos del nido que se alejaran a través de todas las campanas, cuerdas y ecos que se deslizaban entre sus arreglos. Hay guitarristas que zarpan y despegan, o empiezan con las mejores intenciones, y encuentran que hay más estrés de lo que podrían haberse pensado”.

“Había cierta tensión en ser un guitarrista de Siouxsie and the Banshees, ya que a menudo sele exigía producir sonidos que pudieran representar, tanto alegremente como aterradoramente, la energía que parecía revestida por la espuma de la muerte, o evocar un remolino de mármol, un salto en el abismo, la caricia áspera de la lengua de un gato, o la forma en que el amor puede convertirse en odio, o la forma en que los gusanos negros se deslizan entre las grietas de todo el piso, o cómo la mano de un amante puede crujir cariñosamente sobre la piel, y la forma en que un beso puede terminar con tanto partido de perecer en los labios del otro. Se esperaba que un guitarrista Banshee pudiera apreciar cómo un riff se ondulaba entre las notas; tenían quehacer sentir al oyente el sonido de las ramas negras crujiendo y hundiéndose en el hielo”.

[…]

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“En Dreamhouse, el guitarrista es John McGeoch, quien, a su manera desenfrenada y terrenal, sabía cómo producir la espuma, la saliva y el estallido. Él es el otro corazón aquí. Ayudó al grupo a agregar una gran intensidad, color y sabor a su sonido. Su enfoque era más convencional y directo que el de Siouxsie o el de Steven, y la combinación de disciplina e intuición fueron factores significativos en la forma en que Siouxsie y Severin cosieron un grupo destrozado después de que su guitarrista y batería originales huyeran en una nochede mala muerte”.

 […]

“En Dreamhouse, Siouxsie y Severin intercambian sus cuentos blasfemos cargados de violencia, pérdida, sexo, claustrofobia, sus obsesiones con el pecado y uno mismo. Todos sus personajes están solos. El grupo está solo, haciendo un álbum que está solo. Siouxsie canta sus letras con aislada grandeza. Ahora es una gran cantante del siglo 20, con una voz que es totalmente suya, incluso cuando canta una canción sobre la sensación táctil de la muerte con un estremecimiento orgásmico. Asignada a un mundo que existe más allá de los horizontes familiares, su voz sigue siendo independiente, pero es un desapego que da crédito a estas historias verdaderamente fantásticas. Siendo éste un álbum de Siouxsie and the Banshees, no es descabellado considerar lo siguiente… No importa lo mucho que llenemos nuestras vidas con lugares para visitar y personas a las que ver, no importa cómo percibimos a nuestros seres más queridos, y no importa cómo nos esforzamos por hacer realidad nuestros sueños, estamos solos con nuestros pensamientos al final del día; y, de repente, las sombras se dibujan, cerrando el paso a la luz. Las campanas han dejado de sonar. A Kiss In The Dreamhouse ha terminado. Ha sido algo muy fuerte. Ahora toca esperar lo que sucederá después”[5].


[1]Vamp: “Interview: twice upon a time”. (Traducción del autor.)

[2]Record Hunter: “Interview”. (Traducción del autor.)

[3]Tomando sorbos de madreselva
De tus caderas ondulantes
Cambia y se desplaza
Es un slowdive cuando te mueres lentamente
Cuando estás vivo es un jive bajo
Haz el slowdive

 

[4]Elektron: “Interview”. (Traducción del autor.)

 

[5]The Banshees & The Creatures: “Paul Morley review”

. (Traducción del autor.)

 

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