Quadrophenia: my generation


¡Ojo! Este artículo contiene spoilers.

“Quadrophenia: n. Personalidad desdoblada en cuatro facetas distintas: avanzado estado de esquizofrenia; dos veces la condición médica normal aceptada; inhabilidad para controlar qué faceta es la principal en un momento dado.

Quadrophenic: adj. Estado de la mente extremadamente volátil; una condición de hoy en día. 

Mod-ism: un aforismo para vivir con claridad bajo difíciles circunstancias.”

Peter Meaden  

Nacidos en la década de los sesenta, vestidos con vaqueros ajustados y camisetas estrechas y trajes elegantes, bailando música de The Who en guateques y discotecas, drogados con anfetaminas y pastillas legales robadas de las farmacias, los mods fueron y siguen siendo, en cierto modo gracias a Quadrophenia, la generación.

Ambientada en la década de los setenta y dirigida por Franc Roddam, Quadrophenia cuenta con un excelente y desconocido reparto, entre el cual destacan Phil Daniels, Sting y Leslie Ash, y una banda sonora delirante e integrada perfectamente en el film, con canciones como “I’m one”, “The real me” o el himno generacional “My generation”.

Daniels interpreta a Billy, un joven que trabaja en una oficina, vive con sus padres y necesita, como la mayoría de los adolescentes, una vía de escape. Encuentra esa vía en la generación de mods, que con sus motocicletas y su música han tomado la ciudad londinense. Ser mod en la Inglaterra de los sesenta es algo más que una actitud, ser trata de una forma de vida. Y Billy se identifica de tal modo con su generación que llega a afirmar que si no perteneces a un grupo no eres nadie. Vestir del mismo modo, escuchar la misma música, ser iguales, en definitiva significa “identidad”. La generación es algo impermeable. Todo lo que se aleje de ser mod se convierte en un elemento extraño y a veces incluso peligroso. Las peleas entre mods y rockabillies se presentan como algo habitual en la vida de los jóvenes. Tan sólo hace falta una pequeña provocación para que se arme la tercera guerra mundial en el centro de Londres. La mayoría de esos jóvenes no se han visto nunca pero la diferencia entre ser un mod y ser un rockabillie es suficiente para provocar el odio.

No todo son peleas y luchas campales en la vida de los mods. Se reúnen en los bares y hablan de la próxima fiesta. Por supuesto, hablan también de lo que se pondrán para ir a la fiesta, de quién habrá en la fiesta y de lo que tomarán para ir a la fiesta habiendo pasado antes por una farmacia para proveerse de los estimulantes necesarios,entrada triunfal en la casa donde se celebra el guateque, un poco de bailoteo desenfrenado y si hay suerte al final de la noche se puede participar en una orgía, y si hay más suerte todavía habrás acabado antes de que lleguen los padres del que da la fiesta. 

Billy es uno de entre la multitud del grupo. Hace exactamente lo mismo que sus amigos, se comporta de la misma manera, habla de lo mismo y con el mismo “estimulante” acento inglés. Pero sus días de mod están contados cuando un fin de semana llega a Brighton con toda la troupe y se desencadenan una serie de acontecimientos. Después de trabajar durante toda la semana en sus empleos odiosos e inútiles Billy y sus amigos deciden viajar a Brighton para pasar allí el fin de semana. En el grupo de los que visitarán la ciudad se encuentra una chica de la que Billy está enamorado. Ella parece hacerle algo de caso, eso es suficiente para preconizar un fin de semana redondo. En Brighton se reúnen todos los mods de los alrededores y entre ellos aparece un excéntrico joven de pelo rubio, trajeado y montando una vespa con infinidad de retrovisores. 

El joven, interpretado por Sting, todo un personaje, es el gurú de los mods y la mayoría de ellos, aun sin conocerlo, lo vitorean al pasar. Por la noche la congregación de mods se encuentra en la discoteca donde dan rienda suelta a su desenfreno. Billy quiere bailar con la chica pero ésta ya se ha fijado en otro, Sting. Con el propósito de fijar su atención Billy se sube a uno de los altavoces, empieza a bailar, lo echan de la discoteca rápidamente. Pasa la noche en la playa, pensando. Ya de día se reencuentra con sus amigos en una cafetería, quienes le preguntan dónde ha pasado la noche. Uno de ellos hace ademán sobre la chica, le dice de manera socarrona que está loco por ella, Billy lo niega. Al salir del bar una legión de rockabillies les está esperando. Los mods se lanzan en batalla con el himno “Somos los mods”. Billy logra escabullirse con la chica y la lleva a un callejón, después vuelven al lugar de la pelea, con el infortunio de que a Billy lo arresta la policía. Se celebra un juicio ultrarrápido donde Sting paga la fianza de todos y se convierte una vez más en el modelo a seguir de los mods. Cuando regresa a casa Billy se encuentra con que algunas cosas han cambiado: sus padres, ofendidos y humillados por el altercado del arresto, echan literalmente a su hijo de casa y su amigo se lió con la chica mientras él estaba en prisión. Su idílica generación se desmorona bajo sus pies. Billy deja el trabajo y con una bolsa llena de pastillas coge el tren que lo ha de llevar de vuelta a Brighton. Una vez allí vagabundeando tropieza con la moto de su gurú, Sting, aparcada en la calle. No tarda en descubrir a su héroe vestido de botones, acarreando maletas de un lado para otro. Eso era justamente lo que le faltaba. El gurú no es más que un simple botones de hotel que se resigna a recibir órdenes sin rechistar. Su forma de vida, ser un mod, ser alguien cuando se pertenece a algo, tener amigos, sexo, drogas. Todo esto se evapora definitivamente. Roba la moto de su antiguo ídolo y se dirige hacia los acantilados de Brighton mientras suena “I’ve had enough”.

Bellboy

Su idílica generación se desmorona bajo sus pies.

Destacaría ante todo la escena final de la película. Billy montado en la vespa corriendo por los acantilados en una panorámica casi interminable. La incógnita de no saber qué es lo que va a pasar después de todo lo ocurrido. Finalmente, Billy coge gas y se dirige hacia uno de los acantilados. El siguiente plano muestra la vespa, sólo la vespa, cayendo al vacío. Billy just get rid of his generation.