Swans de gira por España

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Indicios de tormenta.

Una de las formaciones favoritas de La Zancadilla, los Swans siguen dando más que sobradas razones para que sigamos refiriéndonos a ellos como la banda más intensa y sobrecogedora de la actualidad. La culpa: su último trabajo, el descomunal To Be Kind (Mute, Young God, 2014). Mientras el impacto de esta obra sigue desencajando mandíbulas y retorciendo estómagos, la gira americana de los cisnes llega a su fin, y ya llega a Europa, siendo España su nuevo puerto de embarque. Conciertos fijados para octubre, durante tres días consecutivos la liturgia de la trepanación promulgada por los americanos será oficiada en otras tantas citas. La primera de ellas se celebrará en la Sala Apolo de Barcelona este miércoles 1 de octubre. Para el día 2, las huestes de Michael Gira recalarán en el Shoko de Madrid, terminando su periplo peninsular en el Kafe Antzokia de Durango el viernes 3 de octubre.

Esta vez con Madrid y Durango como ciudades acompañantes a Barcelona. Desde 2011, los Swans han señalado la capital catalana como uno de sus enclaves favoritos para sus incólumes ceremonias de ruido-amor. La cuarta vez en la que visitan ésta, para esta ocasión la cosa, incluso, pinta más sabrosa que las anteriores. Contando con una sala con las características de La Apolo, el entorno se presenta ideal para sentir hasta el tuétano sus desafiantes descargas. Por si quedaba alguna duda, la ocasión la pintan calva.

Encuentro imprescindible para los amantes de las emociones en primerísimo primer plano. Ya nos hemos acostumbrado a que, cada vez que los Swans vuelven a sus directos, el recuerdo de la anterior actuación siempre parezca insuperable. Pero los que hemos podido asistir a sus últimas actuaciones ya sabemos que esto nunca ocurre; los Swans siempre sorprenden. No hay opción a la duda; estamos hablando de seis animales que sobre las tablas encuentran su verdadero hábitat natural, la oportunidad ideal para saciar su hambre pantagruélica por subvertir las formas; darle un arreón sin piedad a las matemáticas de la música. Lo subjetivo se vuelve objetivo. Su gramática libérrima se convierte en un ataque perfectamente dirigido a la yugular. La transfusión de sangre será absolutamente obligatoria.

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Dulces criaturas.

Siempre con el factor sorpresa apunto, derivado de su percepción basada en el afrobeat de Fela Kuti y las vastas visiones del Miles Davis de los ’70 -un disco como Get Up With It (1974) es un paralelismo ideal al aperturismo que están promulgando los Swans del siglo XXI-, los Swans han aplicado una visceral confabulación de jam-session vertebrada sobre la marcha. A lo largo de sus actuaciones desde 2010, esta formulación está cambiando los conceptos que dictan que primero se hace el disco y luego éste se plasma en directo. Como consecuencia, en el caso de los Swans el recorrido es el inverso: sus directos son la plantilla para sus discos. Además, la empatía  alcanzada entre Phil Puleo, Thor Harris, Chris Pradivka, Norman Westberg, Christian Ham y Michael Gira es tan profunda que estar bajo el escenario también se ha convertido en una oportunidad única para ser no sólo partícipes del proceso creativo de estas bestias pardas, sino también de ser factores integrados en su propia evolución. Porque cuando Gira dirige a los suyos te mira a los ojos, busca el roce con el público. No lo contenta con lo que se espera, sino que lo desafía a buscar los límites que bordean la cuerda floja de la locura y el espasmo definitivo del drone alkalino. Para seguir con la sana costumbre, otro punto a favor será comprobar que composiciones inéditas nos ofrecerán en esta ocasión. Por lo de pronto, si To Be Kind es la base de su remozado espectáculo, la contusión está más que asegurada. Si os lo perdéis, que no sea porque no os habéis atrevido.