Isasa: la guitarra que habla

Isasa foto 3Ex miembro de una banda tan reivindicable A Room With A View, Conrado Isasa vuelve a dar señales de vida de la mejor manera: buceando en su interior para hacer brotar excitantes haces de música sobrecogedora. Rebautizado como Isasa, la nueva aventura de Conrado viaja hasta el hueso de la liturgia acústica y la filtra en borbotones de sensaciones de las que no se pueden borrar ni en una bañera hasta los topes de sosa cáustica.

Gracias a su bandcamp, desde hace unos meses que las nuevas creaciones de Isasa ya pueden catarse. De su corte ‘En El Dique Seco’ a su split compartido con Carnisaur, no hay pérdida en las primeras referencias que Conrado ha puesto a disposición para todo el que no tenga miedo a las experiencias musicales sin acidulantes, ni estúpidos conservantes en forma de hype. Siempre invocando lo atemporal, una pieza como ‘Las cosas que yo sé las sabe un tonto cualquiera (AKA Pataliebre)’ es capaz de encender una pequeña hoguera de emoción para que luego te puedas abrigar a su vera con ‘Humanes Is The Reason’. Pura ambrosía acústica, lo de Isasa sobrepasa el mero ejercicio de estilo para, por el contrario, emerger como un pellizco en el alma, de esos que generan fotogramas en la mente de los recuerdos que nos apaciguan del caos que nos golpea incesantemente, sin parar. Lo suyo no es una simple recreación de folk otoñal. Más allá, entre cada nota que surge de su guitarra puede palparse un espacio, casi palpable, del que brotan melodías nacidas para flotar entre los salones más acogedores de nuestro subconsciente.

Isasa foto 2Conrado no canta, pero su música no es instrumental. De hecho, su destino es hacer que la guitarra nos hable: ante la imposibilidad de ir al diccionario para intentar describir el torrente de tonos epidérmicos, las cuerdas que Isasa acaricia son las que inventan un nuevo lenguaje de palabras sin letras, totalmente musicales; sin duda, la gramática más sobrecogedora.

Todo esto y más fue lo que pude presenciar en su actuación celebrada en Barcelona el pasado 4 de julio en la Biblioteca de La Sagrera. Concierto compartido con una alquimista de la distorsión tan nutritivo como Negro, antes de que este último inundara el salón de actos con fascinantes miasmas de notas sin forma, Isasa ya había impartido su lección magistral. Un artista en captar la fibra del sonido, la panorámica de los silencios. Con apenas media docena de cortes, el artista madrileño nos transportó a su nave espacial para viajar hacia el momento justo en que las melodías toman consciencia de sí mismas, sin rodeos innecesarios. Paradigma absoluto del “menos es más”.  Por si la experiencia no hubiera sido suficientemente cautivadora,  como guinda, Isasa se atrevió con una versión de ‘Red Pony’, uno de los momentos álgidos de toda la trayectoria del gran John Fahey. Sencillamente sublime.

Tras actuaciones como ésta, sólo cabe esperar que la picadura creativa que está viviendo Isasa en sus carnes siga inflamándose. Ahora que se ha abierto el camino, no podemos esperar menos de él que más perlas para nuestra colección especial de sueños para recrear despierto.

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