Con solo un LP en toda su trayectoria, el enorme Colossal Youth (Rough Trade, 1980), y dos EPs a sus espaldas. Entre 1979 y 1980, este trío procedente de Cardiff (Gales) conquistaría el corazón de toda la comarca indie, con sus apenas cuarenta y seis temas registrados. De vital importancia, su influencia será decisiva en numerosas bandas posteriores, que van de The Durruti Column a The XX, uno de los grandes hypes de lo que llevamos de década; y quienes, en este caso en particular, casi les deben la existencia, al partir completamente de las bases que asentaron los hermanos Moxhan y Alisson Statton, con su pop minimalista de ingredientes mínimos y resultados siempre suculentos. Bases que se asientan sobre el bajo fibroso y robusto de Phillip Moxhan y una caja de ritmos casi sugerida. Alrededor de esta plataforma hilvanada se van encajando, con precisión quirúrgica, punteos de tensión contenida desde la guitarra de Stuart Moxhan y líneas circulares de una puntería melódica desarmante, siempre a partir de un teclado con filias planeadoras, de imperante métrica germánica.
En este fascinante cuerpo sonoro, la voz neutra y juguetona de Statton se acopla como un instrumento más, dotando del alma necesaria a unas canciones en las que no hay ni estribillos, ni cambios de ritmo, ni nada que pueda alterar la esencia de unos cortes que buscan siempre provocar un estado de ánimo al oyente con sus melodía planeadoras. Para tal empresa, las cuerdas vocales de Statton resultan una suerte de masaje neuronal. Pura medicina por evocación.
Englobados dentro de la generación del post-punk británico de su época. Este encantador trío de alquimistas de la sencillez emergerá como una bendita anomalía. Partiendo de los principios primordiales instaurados por las bandas nodriza de este nuevo marco musical, Young Marble Giants se quedan con los que se refieren al uso continuo e inteligente de las repeticiones rítmicas de The Fall, y con el que marca al bajista como director de operaciones -como P.I.L.-. Aunque ambos ejecutados desde un plano limpio y sin estridencias. Por el contrario, el genial trío galés elimina cualquier atisbo de rabia punk, tan característica de los cabecillas de esta escena -The Pop Group-, y de letras reivindicativas. En su lugar, Young marble Giants plantean unos textos intimistas que a menudo recrean situaciones, sentimientos, recuerdos y sensaciones captados por la magia del instante.
En Final Day (Rough Trade, 1980) podemos paladear lo que viene a ser un postre frugal y radiante después de quedar más que a gusto con ese menú exquisito y digestivo que era el inmenso Colosal Youth.
Con ‘Final Day’, como el rayo de luz más cegador del lote y auténticas piezas de art-pop de valor incalculable, tal como ‘Radio Silents’ y ‘Cakewalking’, no cabe más que dejarse vencer por estos ocho minutos de perfección refinada, tan deliciosa como cautivadora.
Un apunte final. Para el que tras sumergirse en el “planeta Young Marble Giants” quede con ganas de más -algo que ocurrirá, no lo dudéis ni un solo instante-, una recomendación muy especial: Weekend. Una rama posterior del tronco plantado por los tres fantásticos de Cardill al que acudiremos más adelante. Desde luego, la ocasión lo merece.