Scritti Politti: «4 A-Sides»

scritti politti foto 1Al hablar de Scritti Politti siempre surge en la mente aquella banda de new pop ortodoxo desde el que Green Gartside decidió que el súper pop era la única forma de futuro para la música. Sin embargo, antes de llegar a este punto de su evolución, no queda más remedio que rastrear entre los escombros de un pasado que fue futuro en su momento y que sigue siendo el reflejo de épocas más nutritivas en lo que a culos inquietos se refieres. Como mejor prueba de este hecho, no hay más que recuperar el el excelso 4 A-Sides (Rough Trade, 1979), el tercer paso discográfico de Scritti Politti. Y es, como todo lo sublime, sus relieves no se erosionan con el paso del tiempo. Todo lo contrario, lo que esconde esta obra es una evidencia mayor de un talento natural para hacer de la reflexión un caldo de cultivo sin fecha de caducidad. Así, 4 A-Sides es una abrumadora colección en conceptos y formas, concentradas en cuatro columnas musicales: ‘Bibbly-OTek’, ‘Doubt Beat’, ‘Confidence’, ‘P.A.s’. Homogéneas como pilares de alabastro o un western de John Ford de los años 50, Scritti Politti emergen como los parientes pop de Gang Of Four y The Pop Group, tanto en este disco como en sus dos anteriores singles. De hecho, Scritti Politti comparten en su base una serie de aspectos principales con estos dos gigantes del post-punk, aunque con ligeros matices. A saber: su incombustible posicionamiento frontal a la hora de hacer crítica social, en este caso abordando a Marx y Bakunin, y Deleuze; una maquinaria rítmica incontenible, con el bajo versátil de pulso funk de Niall Jinks como director de orquesta  y su manera de mutar el armazón sonoro durante el desarrollo de las canciones. Sobre estas similitudes  Scritti Politti añaden un componente lírico y melódico, determinante en su posterior progresión musical, en la que la voz súper armónica y sensible de Green Gartside tiene mucho que decir. Una agresividad más subyacente del nervio punk y el continuo movimiento del flujo sonoro, con sucesivos cambios de ritmo casi imperceptibles, como sustituto de la tensión generada por estas otras dos bandas -y la mayoría de combos pertenecientes al post-punk, más cercanos al origen del punk- acaba por darle un carácter único a este disco bisagra con su futuro más inmediato.

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Como el mismo Simon Reynolds diría a propósito de esta obra en su incunable «Postpunk: romper todo y empezar de nuevo” (Caja Negra, 2013), “En ‘P.A.s’, el último tema de 4 A Sides, Green señala que la Italia de 1920 y la Alemania de 1933 fueron lugares y momentos en los que el ‘lenguaje se apagó’. Con un tono dulzón, etéreo, casi melifluo, aborda el misterio que representa el apoyo popular al totalitarismo y reflexiona: ‘How did they all decide?/ What was irrational/ Is national!’ [¿Cómo es que todos decidieron?/ Lo que era irracional/ ¡Es nacional!]. Luego se imagina que el desempleo masivo podría desencadenar una misma situación durante los años ochenta en Gran Bretaña.

“Ludwig Wittgenstein, otro de los ídolos en la teoría de Green, argumentaba que todos los problemas de la humanidad surgían de nuestro encandilamiento con el lenguaje. La cuestión, entonces, era: ¿cómo podemos liberarnos de esta prisión de la lengua cuando la única herramienta que tenemos a nuestra disposición es, precisamente, un hecho lingüístico? La tensa energía de ‘Bibbly-O-Tek’, otra de las canciones de 4 A Sides, parece disiparse cuando el cantante ‘recuerda que no hay escapatoria’, aunque luego se dispone a dar pelea de todas maneras. A lo largo de todo el EP, el fervor y la alegría de la música que se crea a sí misma parecen triunfar. El tema ‘Doubt Beat’ transmite una sensación de convicción férrea: la batería de Morley y el melódico bajo de Jinks encarnan eso que Gramsci llamaba ‘el optimismo de la voluntad’, como bastión contra ‘el pesimismo del intelecto’ de la letra”.

A partir de 4 A-Sides, las necesidades expresivas de Garthside se inclinaron hacia nuevos puntos de fuga, donde la  influencia del mítico productor Nile Rodgers fue decisiva, aunque mucho más su descubrimiento del Off The Wall (Epic, 1979) de Michael Jackson. Fin al post-punk, su nueva mutación new pop llevó a  Gartside en convertirse en único miembro fijo del grupo, a confeccionar pop hiper sofisticado, resultado de agitar bien una coctelera de dub, funk ligero y synth-pop elegante, sublimado por el excelso y exitoso Cupid & Psyche 85 (Virgin, 1985).

Perteneciente a esa raza de perfeccionistas y metódicos enfermizos, a la que también están abonados Kevin S. Rowlands, Paddy McLoon y Matt Johnson, Garthener ha publicado cinco álbumes en más de tres décadas de vida al frente de Scritti Politti. Al menos, resultados como White Bread Black Beer (Rough Trade, 2006), indican que el genio sigue latente y, otra vez, a la espera de volver expresarse en forma de obra arrebatadora. Quizás antes de llegar al 2020…