Espeleólogos del pop: A.R. Kane (IV)

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«Love-Sick». Perfilando las formas.

A.R. Kane pusieron fin a su año más radiante mediante el single Love-Sick (Rough trade, 1988). Entre sus costuras, A.R. Kane deciden fijarse en una exposición muy suya de cómo rehacer la fisonomía dub. Cómo no, como un método de producción y no como un estilo musical. De esta forma,‘Green Hazed Dazed’ es psicodelia-dub, circular, como caer en un agujero negro. Mientras tanto, ‘Sperm Travel Likes Juggernaut’ ya sólo por el título merecería una mención de honor, pero lo mejor es su desarrollo de electricidad tensa, desafiante, áspera. Parece como si los Siouxsie & The Banshees de la época “John McGeoch” se hubieran metido dentro de un microondas de segunda mano  en función dub. ‘Is This Is’ prescinde de guitarras. Las constantes parten de su amor por el Miles Davis eléctrico. Es la respuesta a cómo sonaría aquella banda del Proteo de la música de haberse dejado imbuir por la gran sombra negra jamaicana. Ya para terminar, Is This Dub? es una recreación del tema anterior. Las coordenadas no difieren, aunque en esta ocasión aumentan las ondas de reverb. Y Alex, a lo suyo: realizando su propia adecuación de la gramática hip-hop en su manera de cantar.

A.R. Kane se encontraban en la cumbre de su reconocimiento. Sin embargo, se encontraban bajo la enorme sombra de Pixies, Sonic Youth y My Bloody Valentine. Sólo el crítico Simon Reynolds los estaba reivindicando como la gran banda de aquel año. Mientras el circo indie giraba a su ritmo, Alex y Rudy seguían a lo suyo.  Con Love-Sick habían definido unas formas más limpias. La distorsión seguía ahí presente, pero de una forma más definida. Pero ahora se les había metido en la quijotera una empresa mayor.

Rudy Tambala: “Para I (Rough Trade, 1989) nos proporcionaron un estudio superior y un montón de tiempo. […] Y como había un montón de nuevas tecnologías que estaban saliendo, nuevos productores, nuevas ideas, nueva música, pasamos una gran cantidad de tiempo en el estudio acabando de descubrir cómo funcionaba. Ya sabes: ‘Qué hace esto, qué persona y qué hace eso. Enchufa esto ahí, dale la vuelta a eso, a ver cómo suena, oh suena muy bien. No, parece una mierda. Ya hemos desperdiciado un día [se ríe]…’. Y teníamos el lujo de ser capaces de hacer eso. Fue una verdadera indulgencia de nuestro sello en aquel momento, Rough Trade. Así que supongo que no es tan coherente como 69. Quiero decir, ¿cuántas veces puedo escuchar un álbum doble y pensar, hmm, eso hubiera sido un muy buen disco sencillo, ¿sabes? Yo creo que esto también ocurre con I. [risas]”[1].

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«I», la gran torre de Babel del pop.

Rudy Tambala: “Irrumpimos en la tienda de dulces y nos volvimos chiflados con Love Sick e I. ¡Alguien debería habernos parado! Teníamos más dinero para comprar música. Estábamos expuestos a muchos más, a través de las recomendaciones y a través de pasar el rato entre diferentes escenas. La escena indie era algo nuevo para nosotros. Yo pensaba que el significado de indie provenía de Indianapolis. Nuestro primer bajista, Russell, nos enseñó a un montón de música ‘oscura’ (Swans, Buttholes, Nick Cave), y nuestro segundo bajista, Colin, nos presentó ciertas ideas clásicas y progresivas, materia intelectual”[2].

Rudy Tambala: “Hicimos lo que hicimos con I. Alguien debería habernos detenido. No, en realidad no. Fue un viaje. Geoff Travis nos acusó de estar obsesionados con el proceso. Todavía no tengo ni idea de lo que él quería decir. Debería haber sido un triple álbum. 1,2,3. Pero nos quedamos sin cinta”[3].

En efecto,Alex y Rudy estaban obsesionados con el proceso, pero en la forma en que ésta es canalizada en un maremágnum de experimentos a contracorriente.

I es una gran Ópera Egipcia del afrofuturismo. Rezuma ambición por los cuatro costados. Se trata de un catálogo encomiable de hechizos sonoros. De hecho, el título pensado para esta obra era el de Supercallafragilisticexpealodocious, pero Disney les dio un toque de atención…

Publicado sólo un año después de 69, estamos ante la muestra más poliédrica de A.R. Kane. ‘Love From Outter Space’ es su hit definitivo, dance polirritmico, imparable. La línea de bajo digital de ‘Snow Joke’ la debieron escuchar New Order para Tecnique (Factory, 1989). ‘Crack Up’ es como una caricia de hip-hop caribeño de roce digital. ‘Honeysuckleswallow’ se trata de dream-pop fotografiado desde el otro lado de un espejo de circo. ‘Spook’ y ‘Down’ se adentran como un sueño de belleza prístina, de cómo deberían sonar U2 en una dimensión no-católica. ‘Catch My Drift’ es ragamuffin’ eclesiástico. ‘In A Circle’ es una abducción marca de la casa de la contemporánea. ‘And I Say’ es una mutación compuesta de géneros arrastrándose sobre el fango.

Apunte donde se apunte, la pesca siempre daba con una forma especie nueva. I acaba por resultar un disco difícil, pero no por tratarse de canciones intrincadas, sino por la abrumadora riqueza de integraciones sonoras, casi todas nuevas para el oído del oyente. Muchos han acusado (hasta Rudy lo ha hecho) de que I no es tan homogéneo como 69. Desde luego están en lo cierto. Pero si I transciende es precisamente por tratarse de una matrioska repleta de embriagadores sabores musicales, por su desarbolante heterogeneidad. Es la gran torre de Babel del pop de final de década. La gran migraña para las mentes circunscritas a brebajes de aromas monoestilísticos.

Escuchar I Significa el poder comprobar cómo Alex y Rudy estaban proponiendo una carrera de velocidad a la música contemporánea. Ellos solos contra el mundo. Si el hip-hop estaba avanzando a pasos agigantados, ellos lo cogían y lo transfiguraban en rutas irreconocibles. Si el shoegaze, que ellos mismos inventaron, se ponía de moda, ellos lo diluían en su ecuación mediante rarezas tan curiosas como ‘Conundrum’, ‘Supervixens’ y ‘Miles Apart’. Que Madchester había conseguido integrar a las parroquias indies dentro de las oleadas raves, ellos abrían el frasco de las esencias dance, limpio de ingredientes house o rock. Alex y Rudy no estaban en deuda con nadie ni pretendían adaptarse a las corrientes predominantes. Como todos los grandes, ellos eran una aberración, una criatura que había nacido con una enfermedad sin identificar. La abolladura que se eleva en una línea recta. Su música no era un caleidoscopio, en realidad, te obligaba a mirar el caleidoscopio desde dentro. Su única deuda era con ellos mismos y sus propias inquietudes.

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Qué tiempos aquellos.

Rudy Tambala: “Las influencias citadas [Jimi Hendrix, el hip-hop, el dub, la electrónica] y otras (Can, Tangerine Dream, la electrónica inicial, como Human League, Japan… Kate Bush, Marvin Gaye, etc.) conformó nuestra selección de herramientas, y nos encanta la guitarra, también. Sí, la captura de ese misterio, el objeto inacabado, el arte imperfecto”[4].

Pero si hay una influencia básica en I, ésa es la de Miles Davis. Y no sólo por su fijación en engarzar continuamente articulaciones percusivas.

Alex Ayuli: “Escuchamos mucho jazz, cosas como Miles Davis, Bitches Brew y In A Silent Way, y los primeros Weather Report. No aspiramos a eso, pero queríamos producir algo con ese tipo de sentimiento, de espontaneidad, de frescura, de creatividad…”.

Rudy Tambala: “Es demasiado grande, no se puede establecer claramente que es lo que hay de bueno en él, que es abstracto. Te da la oportunidad de dejar volar la imaginación, mientras que con la música indie moderna lo único que se oye es una estructura convencional. Escuchas sus ideas preconcebidas. Realmente no disfrutas de una experiencia musical”[5].

A día de hoy, I sigue sonando demasiado avanzado para su época, inalcanzable. Es como si se hubieran adelantado tanto que el resto del pelotón prefirieran ignorarlos. La indiferencia ante tamaño esfuerzo debió pasarles factura, porque, después de I, comenzó la el bajón tras el subidón.

Rudy: “Alex estaba trabajando en el mundo de la publicidad. […] Él sólo quería alejarse de todo eso, y yo no lo culpo, por lo que abandonó el país e hizo otro tipo de cosas, y terminó en California. […] Yo me compré un estudio en Londres, un estudio adecuado, con gestión comercial. Conformé nuestro propio sello [H.ark!] y productora pequeña. Así que él acabó en Estados Unidos, en el estudio de muebles y otras cosas de China… Y yo estoy en Stratford produciendo a Butterfly Child  y a estas pequeñas bandas de dream-pop embrionario. Así que por un año o dos acabamos de hacer nuestras propias cosas, pero obviamente A.R. Kane seguía allí, y podría haber ido en un montón de diferentes direcciones…”[6]. Y tras dos años sin noticias de ellos, se produce la llamada más inesperada.

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«New Clear Child», el canto del cisne.

Rudy Tambala: “El sello de David Byrne [Luaka Bop] se puso en contacto con nosotros. Habían oído los discos. Les gustaba lo que estábamos haciendo, por lo que nos dijeron: ‘¿Por qué no hacéis un disco con nosotros?’. Así que nos fuimos y les conocimos. Eran una gente tan jodidamente cool. De repente, todo se movió hacia Nueva York. Nos reunimos con David Byrne. Tomamos cócteles, y, obviamente, le dijimos: ‘Sí David, nos gustaría hacer un álbum con en tu sello[risas]’”.

“En primer lugar hicimos un álbum recopilatorio. Mientras estábamos recopilando todo, nos dijeron que deberíamos hacer una pista nueva, por lo que hay al menos una cosa nueva en él. De repente, terminamos en Palo Alto trabajando juntos de nuevo. Lo hicimos, y luego nos dijimos, OK, vamos a hacer un álbum nuevo. Decidimos que lo haríamos en San Francisco, que de nuevo era un lujo absurdo [se ríe], y así nos juntamos. Pero creo que, finalmente, no fue una gran experiencia para cualquiera de nosotros. Creo que nos habíamos distanciado un poco en el proceso creativo. Habíamos tenido diferentes experiencias. Ya sabes, hasta I nuestras experiencias vitales habían sido muy similares, y conectábamos con mucha facilidad. Pero aquí estábamos, unos años más tarde, y estábamos enviándonos cintas con ideas a través del correo -no había internet en esos días-. Creo que puede haber un montón de malentendidos cuando se trabaja de esa manera. Estábamos escribiendo canciones por separado, así que nos dirigimos hasta el estudio y fue… bueno, no era la forma en que solíamos trabajar. Así que había mucha fricción, para empezar. Y entonces empezamos a abrirnos camino, y nos salieron algunas canciones muy buenas para el último álbum, pero algunas de las otras canciones simplemente no estaban muy allá, y todo se quedó un sabor bastante amargo de boca”[7].

Lo cierto es que New Clear Child (Luaka Bop, 1994) es un disco repleto de texturas muy imaginativas. Pero ya no suena como un proceso captado al instante. Suena muy medido, se ha perdido la capacidad de sorpresa. Hasta la voz de Alex suena humana, no se pierde entre filas de ecos ni es deformada por una aleación brutal de reverb. Para cualquier otro, éste sería un disco sobresaliente, pero para A.R. Kane suponía un redireccionamiento antinuatural con sus constantes creativas, que también se vieron afectadas por unos hechos inesperados.

Rudy Tambala: “En el momento en el que estábamos haciendo esto [New Clear Child], Rough Trade se fue a la quiebra, por lo que terminó en una situación muy difícil. Estaba el propietario de un estudio muy, muy pesado que nos exigía dinero. […] Luego hubo una gran cantidad de combates entre abogados y el sello, y nos quedamos atrapados en el medio. Todo esto no fue una gran sensación, y creo que esa fue otra de las razones por las que el álbum sufrió un poco. Terminó como una lucha entre dos sellos y nosotros, con tres conjuntos diferentes de abogados. La única razón por la que recuerdo eso tan claramente ahora es porque hace poco encontré algunos papeles viejos en mi casa. Terminé repasando todos los faxes que tenía de los abogados y… casi vomito sobre ellos [risas]… asqueroso. Esa es la industria de la música. Eso es de lo que se trata [risas]. No estoy culpando a nadie, creo que un montón de bandas pueden sobreponerse a este tipo de cosas, pero no creo que nosotros realmente tuviéramos el deseo. Al final del día, yo no quería vivir en América, y Alex sí  lo hizo”[8].

Rudy Tambala: “La energía se había ido. Cada uno se fue por su lado en 1994. En última instancia, […] si no tienes ese tipo de conexión en la que estás a un nivel telepático total con el otro, entonces estás en problemas. Durante una época, Alex y yo la tuvimos. Éramos realmente buenos. Basta con escuchar las canciones. ¡Acumulamos tantas ideas en cada jodida canción!”[9].

 



[1] Purdom, Tim: “A love from outer space: 80s dream pop icons AR Kane interviewed”, Factmag. Traducción del autor.

Fuente:  http://www.factmag.com/2012/11/13/a-love-from-outer-space-80s-dream-pop-icons-a-r-kane-interviewed/2/

[2] Kulkarni, Neil: “The future came and went: A.R. Kane interviewed”, The Quietus. Traducción del autor.

Fuente: http://thequietus.com/articles/10306-a-r-kane-interview

[3] Purdom, Tim: “A love from outer space: 80s dream pop icons AR Kane interviewed”, Factmag. Traducción del autor.

Fuente:  http://www.factmag.com/2012/11/13/a-love-from-outer-space-80s-dream-pop-icons-a-r-kane-interviewed/2/

[4] Kulkarni, Neil: “The future came and went: A.R. Kane interviewed”, The Quietus. Traducción del autor.

Fuente: http://thequietus.com/articles/10306-a-r-kane-interview

[5] Reynods, Simon: “AR Kane: interview”, Melody Maker. Traducción del autor.

Fuente: http://reynoldsretro.blogspot.com.es/2008/06/ar-kane-interview-melody-maker-july-25.html

[6] Purdom, Tim: “A love from outer space: 80s dream pop icons AR Kane interviewed”, Factmag. Traducción del autor.

Fuente:  http://www.factmag.com/2012/11/13/a-love-from-outer-space-80s-dream-pop-icons-a-r-kane-interviewed/2/

[7] Ibídem. Traducción del autor.

[8] Ibídem. Traducción del autor.

[9] Fitzpatrick, Rob: “A.R. Kane: how to invent shoegaze without really trying”, The Guardian. Traducción del autor.

Fuente: http://www.theguardian.com/music/2012/sep/19/ar-kane-rudy-tambala