En 1993 los brasileños Sepultura podían considerarse ya una banda consolidada dentro del panorama metal de la época. Sus tres primeros trabajos, Morbid Visions (Cogumelo, 1986), Schizophrenia (Cogumelo, 1987) y Beneath the Remains (Roadrunner, 1989), se iniciaban en la senda del death metal para ir evolucionando hacia el thrash metal, reduciendo agresividad sin perder velocidad. Fue, sin embargo, Arise (Roadrunner, 1991) el que les dio el empujón definitivo hacia las giras mundiales y la atención mediática. En Arise los Sepultura firmaban una obra virtuosa sin renegar de sonidos más extremos, cosechando formidables críticas.
La tarea de superar su anterior trabajo parecía complicada, y de hecho no hay unanimidad en si lo lograron, pero de lo que nadie puede dudar es que tanto el mencionado Arise, como Chaos A.D. (Roadrunner,1993), del que hoy nos ocuparemos, como Roots (Roadrunner, 1996), suponen la trilogía básica de la banda brasileña. No en vano Roots acabo significando el fin de la formación clásica con la salida del guitarrista y vocalista Max Cavalera, siguiéndole varios años después su hermano Igor, baterista de la banda. Se ponía así fin al proyecto de los hermanos Cavalera, que, paradójicamente, continúo sin ellos y sin lograr alcanzar de nuevo las cotas de maestría que alcanzaron en los tres mencionados álbumes.
Si Arise conservaba los esquemas clásicos del thrash y mantenía el nivel de velocidad con el uso continuo de riffs, y Roots era la refinación completa de la banda hacia un sonido más evolucionado y mestizo, Chaos A.D. era el punto intermedio entre ambos. La combinación perfecta para los que buscaban agresividad y melodía a partes iguales.
Sus grabaciones anteriores habían sido realizadas de manera casi amateur, o sin el casi cuando hablamos de Morbid Visions, pero para Chaos A.D. el proceso fue mucho más laborioso y decidieron empaparse de su propia cultura. El resultado fue uno de los mejores álbumes de la historia del metal.
El disco se inicia con el sonido del corazón de Zyon Cavalera, hijo de Max, dentro del útero, y desde la primera canción, Refuse/Resist se puede comprobar la increíble evolución de Igor Cavalera a las baquetas, dándole una dimensión completamente nueva al sonido de la banda. Jugando con la percusión y haciendo cambios que hasta entonces le parecían vetados, apoyado por Paulo Jr. en el bajo. El dúo de guitarras, Andreas Kisser y Max Cavalera, se complementan a la perfección, dando dosis justas de maestría, dándole cuerpo al sonido del disco.
Chaos A.D. es un disco con letras que luchan contra el abuso del poder establecido, comprometidas con la realidad de su país, pero fácilmente exportables a otras latitudes. Dentro del conjunto destacaba Kaiowas, por ser instrumental y acústica, con un sonido inspirado en las tribus amazónicas y que alcanzó gran popularidad en directo por su espectacular preparación, en la que los Sepultura solían invitar a otros músicos para interpretarla con ellos. Por otro lado quizá The Hunt sea la nota discordante dentro de un conjunto casi perfecto, versión de New Model Army que desentona con el resto del grupo, pareciendo desencajada. No ocurre lo mismo con otras como Territory o Biotech is Godzilla, que parecen recuperar totalmente la agresividad del pasado.
El resultado fue tan satisfactorio que Chaos A.D. cambió totalmente el rumbo de la banda y de su siguiente álbum, Roots, pudiendo llegar a considerarse como los padres del sonido Groove metal que proliferó a mediados de los 90. Lástima que el fin de los Sepultura más grandes estaba cerca, demasiado cerca.
Sin duda, el mejor disco de Sepultura.
Probablemente el mejor disco de Sepultura. Para mí, incluso The hunt no desentona.