The Handmaiden (La Doncella)

ah_ga_ssi_the_handmaiden-258514387-largeTras su fugaz paso por Estados Unidos para firmar Stoker (Stoker, 2013) y producir Snowpiercer (Snowpiercer, 2013), Park Chan-wook regresa a su Corea del Sur natal para traernos su nueva película The Handmaiden (Agassi, 2016) y demostrarnos que sigue estando entre lo más refrescante del panorama cinematográfico mundial.

Si la propia Stoker ya la podíamos definir como un thriller con tintes eróticos, no es exagerado afirmar que The Handmaiden sube la apuesta y, si todavía estuviésemos en época, habría que colocarle dos hermosos rombos debido a la importante carga sexual que adorna la película. Realmente en dosis pequeñas, si analizamos fríamente, pero también es cierto que su intensidad es tan grande que marca todo el devenir de la historia.

Historia que, por otro lado, podríamos decir que en su premisa no parece ofrecer nada excesivamente sorprendente, trasladándonos a la Corea ocupada por el ejército japonés y donde su población tiene como mayor aspiración vivir en Japón para disfrutar de una vida mejor. La joven Sook-hee es una experta ladrona que se aprovechará de este sueño, y será contratada por un timador coreano que se hace pasar por el conde japonés Fujiwara, quien la introducirá como sirvienta de Lady Hideko, una rica heredera condenada a casarse con su propio tío para que éste herede su fortuna. La idea de Fujiwara es conquistar a Hideko para hacerse él con su herencia.

Nada fuera de lo normal, hasta que Chan-wook lo pasa por su crisol y lo retuerce hasta sorprendernos con todo lo que esconden sus protagonistas, formando un triángulo amoroso en el que Hideko forma el vórtice más importante. Casi en otro mundo, su tío Kôzuki nos introduce en el sadomasoquismo de salón, con elegancia, insinuando sin mostrar nada, no así como las escenas lésbicas, bastante explícitas pero también rodadas con la habitual maestría del director, con una belleza plástica espectacular.

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Park Chan-wook vuelve a demostrar que domina el espacio como nadie, que sabe cómo hacernos reaccionar con un simple cambio de plano, cada imagen aporta a la historia, a veces más que las palabras, y es capaz de pasar del drama a la comedia, para volver al drama de un golpe impactante. Como también es habitual en sus películas, la banda sonora es sobresaliente, evocadora, elegante y sutil, meciendo suavemente el desarrollo de la historia.

The Handmaiden vuelve a demostrarnos que Park Chan-wook sigue siendo garantía de ver algo diferente, estimulante, y parece que su regreso a Corea le ha sentado estupendamente bien.