por Tras la bajada a los infiernos del episodio 8, vuelta a la luz, al mundo real. Vaya mundo…
Y esa pareja que yace en el suelo de la «granja». ¿Qué demonios les ha pasado? ¿O qué es lo que hicieron estos dos la noche anterior?
La escena de los tres detectives de la policía, los hermanos Fusco, roza el desconcierto. Estos tres parecen un grupo de comediantes de principios de siglo XX, una especie de hermanos Marx completamente idiotas; quizá por ello, peligrosos.
Gordon Cole y su troupe viajan a South Dakota para examinar el supuesto cuerpo decapitado del Mayor Garland Briggs. Diane decide no entrar en la morgue. Prefiere fumar. Al salir, Cole y Tammy Preston, la agente del FBI con aspecto de femme fatale, acompañan a Diane mientras fuma.
La reacción de la femme fatale es espectacular. De todas a todas, se siente incomodísima por la situación. Está claro que no desea estar ahí. Cole y Diane se miran fijamente. Preston mira con recelo a Diane; intenta de algún modo mantener la compostura, su actitud de femme fatale. ¡Pero resulta tan ridícula y, a la vez, es tan tierna!
El plano del episodio: Gordon Cole y Diane presencian el interrogatorio de William Hastings. Están consternados. La cámara ofrece un plano medio de ambos. El fondo que enmarca a Cole es de un blanco áspero. El de Diane, negro. ¡Menudo plano! Oscuro como un texto de Kafka. Sencillo y profundo como un verso de Lorca.
