Azpiri, creador de sueños

2Pese a haber nacido en una familia de músicos, Alfonso Azpiri pronto demostró su talento a los lápices, tanto como historietista como ilustrador. Inicialmente se dio a conocer en la revista Trinca, y tras su cierre comenzó una próspera carrera enfocada a los cómics de carácter erótico, gracias a su enorme facilidad para dibujar chicas voluptuosas. Fruto de esta habilidad acabó creando a Lorna, su personaje más icónico, luciéndola en la famosa Cimoc. Azpiri posteriormente llegó a dibujar para Penthouse Comix o Heavy Metal, demostrando su importancia a nivel internacional.

Azpiri también tuvo su exitosa incursión en cómics para un público más juvenil, gracias a su Mot que aparecía en las páginas del suplemento El Pequeño País, siendo posteriormente publicadas sus aventuras en tomos recopilatorios.

Con todo este currículum la figura de Azpiri ya habría obtenido una importancia más que notable. Sin embargo adquiriría una nueva dimensión a partir de 1985, cuando unos jóvenes hermanos Ruiz llamaron a su puerta para proponerle que hiciese la portada de su próximo videojuego: Rocky. Asombrado por los imberbes que les hacían tal propuesta, Azpiri fue cauto y les explicó por delante que tenía un caché elevado… Pero no lo suficiente para los nuevos empresarios que siguieron adelante a su idea de dar un paso más en la profesionalización de Dinamic, dejando atrás las carátulas de sus primeras producciones, más propias de un amateur.

Rocky (Normal) Carátula

Aunque el juego no pasase a la historia por su calidad, sin ser un mal juego, la portada de Azpiri, en la que recreaba el momento del último golpe, el golpe de KO, en el boxeo, destacaba y actuaba como un imán a la hora de las ventas. No fue este el último caso y los encargos comenzaron a lloverle, no sólo de la propia Dinamic, sino que progresivamente otras grandes del panorama español, Topo u Opera Soft, también quisieron contar con sus servicios y además esto provocó un efecto colateral por el que se comenzó a contactar con otros ilustradores, como el famoso Luis Royo. Sin embargo, las portadas de Azpiri siguieron destacando sobre el resto, quizá porque tenían su toque cómic, frente al realismo de Royo, y destilaban pasión pese a la escasa información con la que contaba a la hora de realizar la portada. Habitualmente contactaban con Azpiri cuando el juego todavía no era más que un proyecto, le describían la temática y los personajes y enemigos que tenían previstos incluir y a partir de ahí él diseñaba su portada.

Así videojuegos como Abu Simbel Profanation, Corsarios o Viaje al Centro de la Tierra contaban con portada de Azpiri, lo que era todo un sello de calidad aunque mucho se comenta que en más de una ocasión la portada acababa siendo lo mejor del juego o incluso lo único bueno (Mythos, ejem…). Pero su aportación no terminó con el fin de la era de los 8 bits, sino que muchos años después fue rescatado por la escena homebrew y fichado para seguir haciendo portadas hasta nuestros días. Es por eso que su reciente fallecimiento, el pasado 18 de agosto, generó una hermosa ola de respeto y reconocimiento dentro del mundo retro hacia quien les había hecho soñar desde cada ilustración. No es que no hubiese gozado de ese cariño en vida, ya que Azpiri era un habitual de los eventos retro y siempre tenía una larga cola de gente que no sólo quería una ilustración y una firma suya, sino que también quería transmitirle su agradecimiento por todo su trabajo. Además, dichos eventos eran donde presentaba nuevos proyectos, sabiendo que tendría un público favorable, como su largamente perseguida película de Lorna que, por desgracia, fue cancelada.