por Una semana antes de irse, El Perich reunía en un volumen sus viñetas más felinas. Caía 1995 y las cosas, en cuanto a gatos y a política se refiere, poco han cambiado. Pero vayamos a lo universal: los mininos.
Jaume Perich dedica el libro a sus gatos desaparecidos que le acompañaron en el viaje, y NO lo dedica a aquellos que creen que los perros son más inteligentes que los gatos porque acatan las órdenes de sus amos, ni tampoco a Walt Disney por convertir a los gatos en los malos de la película. Desde luego, ¡qué malaje, sr. Disney!
Los gatos del Perich, publicado por Editorial Thassàlia, es una declaración de intenciones: el amor de su autor por estos adorables y perspicaces animalitos. Ya en la portada, queda claro que esto va en serio: un minino realiza la siguiente pregunta: «¿Acaso hay gatos policía?». Esta viñeta abría sido suficiente para coronarlo, pero hay más.
Desde luego, el libro invita a la reflexión. También a la observación del propio minino.
Y al aumento del amor y la ternura hacia ellos.
Los gatos del Perich conforma una radiografía sobre la vida cotidiana, el carácter y los pensamientos de la única especie que no ha sido domesticada por el ser humano, sino que fue ella la que se le acercó y se dejó domesticar.
**
A destacar: las viñetas sobre los calendarios de gatos, tan presentes a principios de los años noventa. ¿Por qué narices dejaron de hacerse? Ah, sí, se pusieron de moda los calendarios solidarios de gente en pelota. ¡Aaagh!
