Destellos efímeros (II)

Jocelyn Angloma

Jocelyn Angloma fue un lateral derecho que llegó a ser internacional en 37 ocasiones por Francia, y que llegó a ganar la liga de campeones en 1993 con el Olympique de Marsella. Sin embargo, por muy exitosa que fuese su trayectoria, ese no es el Angloma que nos interesa. El Angloma al que vamos a dedicarle estas líneas “nace” en 2006, cuatro años después de retirarse del fútbol profesional siendo jugador del Valencia. Por entonces, Angloma decidió volver a su isla de origen: Guadalupe, una paradisiaca isla caribeña perteneciente a Francia. Allí decide pasar el tiempo volviendo a jugar en la liga local, totalmente amateur, habiendo cumplido ya los 41 años. A esa edad el bueno de Jocelyn pensó aquello de “que corra tu madre” y deja su puesto de lateral para ocupar el centro del campo emulando al típico jugador panzón de liga de peñas: recibir y pasar, nada de moverse. Sin embargo, el que tuvo retuvo y su calidad le convierte en el mejor centrocampista de la isla, por lo que es reclutado por su selección. ¿Cómo es posible que juegue con Guadalupe si ya había sido internacional con Francia? Porque Guadalupe no forma parte de la FIFA por expreso impedimento de Francia, sin embargo sí que está asociado a la CONCACAF, por lo que disputa la Copa Del Caribe y la Gold Cup o Copa Oro. Sin embargo, las exigencias de Francia no se quedan ahí, sino que también les obligan a jugar bajo bandera e himno francés, tal y como podemos comprobar en la Gold Cup de este año con Martinica. Por eso, al no poder competir nunca contra Francia, se le permite jugar con Guadalupe, selección que se había clasificado para la Copa Oro del 2007 al quedar cuarta en la Copa Del Caribe de ese mismo año.

Así, peinando canas y con un estado de forma muy alejado del de sus mejores años, Angloma se planta en EEUU y pasa lo inesperado. Jocelyn solo disputaría tres partidos de aquel campeonato, los suficientes como para dejar una sonrisa en la cara del aficionado del fútbol. Guadalupe supera in extremis la fase de grupos, clasificándose como uno de los dos mejores terceros. Tras empatar con Haití, Angloma debuta contra Canadá, uno de los cocos del campeonato, y contra todo pronóstico vence Guadalupe 2-1, marcando el primer gol Angloma a los 10 minutos de juego y siendo nombrado mejor jugador del partido. Guadalupe pierde el tercer partido contra Costa Rica, pero se clasifica para jugar los cuartos de final contra Honduras, que sería mundialista tres años más tarde. De nuevo juega Angloma y vuelve a dar una lección de “fútbol estático”, Jocelyn casi no se mueve de su posición, pero le sobra para romper líneas a base de pases certeros, e incluso vuelve a anotar el primero de los dos goles de su selección. 2-1 y Guadalupe llega a semifinales donde le espera la gran potencia del continente: México.

David contra Goliath, lo normal sería que México pasase por encima a Guadalupe, pero los minutos van pasando y el resultado sigue siendo 0-0. Angloma sigue destacando y es el hombre en el que se apoyan sus compañeros. Él se encarga de retener el balón y darle criterio al juego de Guadalupe, de lanzar al equipo, sobre todo al extremo Fleurival que se muestra como el más peligroso e incisivo de Guadalupe. Finalmente, tras una resistencia titánica, Pavel Pardo marca el 1-0 en el minuto 70, primer y último gol del partido. Un agotado Angloma termina siendo amonestado en el minuto 89, poco antes de que el árbitro pite el final y Guadalupe se vaya del torneo bajo una lluvia de aplausos, recibiendo el cariño de miles y miles de aficionados que aquel día soñaron con ver a la selección caribeña en la final de la Copa Oro. Angloma se iba siendo el jugador de mayor edad en disputar la Copa Oro, pero sobre todo se iba habiendo dejado unos últimos destellos que ilusionaron a muchos aficionados alrededor del mundo.

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