“Entre dos mundos. Delirios y ensoñaciones desde Twin Peaks” de Bárbara Gascón y Juan Carlos Hernández

Descubrí este libro en un escenario inmejorable: 

Otoño de 2019. 

Madrid.

En el que sería uno de los mejores viajes de mi vida.

Fue en el encuentro pikie “Let’s rock!”, organizado por Bárbara Gascón y Mary Veran. A media tarde, en un antro -y utilizo este vocablo en su sentido más positivo-. Afuera todavía era de día. Dentro, podría ser medianoche. 

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Entre dos mundos. Delirios y ensoñaciones desde Twin Peaks es el resultado de la potencia creadora que generaron David Lynch y Mark Frost con esta obra cumbre de la televisión. Se trata de un viaje de dos fans de la serie, la propia Gascón y Juan Carlos Hernández, a través de cinco relatos de ¿ficción? ¿de ensueño?, que permite (re)adentrarse al lector en el universo Twin Peaks por caminos inexplorados y conocer a algunos de los personajes desde una perspectiva diferente.  

Desde “Más allá de la madera marrón”, donde nos topamos con un Benjamin Horne viejo y solitario, con sus recuerdos y sus pérdidas, con una vida cotidiana huera, muy alejada de lo que en un tiempo fueron sus días de acción. Hasta que… recibe la visita del gigante…

Pasando por “Su correo, señor Cole” que nos descubre cómo Gordon Cole perdió su oído, en un relato fascinante que le cuenta a su secretaria Janinen Jones. Artistas como Kafka, Prince, Ramstein y Bowie son algunos de los implicados en la historia.

Hasta “Los sueños de Cassandra” que nos abre la puerta a un personaje tremendamente inquietante, la paciente Cassandra J. Hawthorne, del Hospital Medical Lake, en Washington…

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Fue una velada inolvidable y surrealista. Ahí estaban algunos de mis personajes preferidos de la serie, vivitos y coleando, como Nadine en su fase quinceañera, vestida de animadora, con ¡parche incluido!, la Laura Palmer de la Habitación Roja, el misterioso señor Tojamura, -¿se acuerdan?-, un Andy Brennan caótico, o un Bobby Briggs tan bien recreado e interpretado que podría haber optado a un Globo de Oro.

Por no hablar del cálido acogimiento que recibí por parte de las organizadoras y las personas que allí se encontraban, que hicieron de esa noche una de las más inolvidables de mi vida. 

P.D: Gracias a mi disfraz de Louise Dombrowski, con el que conseguí el segundo premio del concurso de disfraces, me hice con un ejemplar de Entre dos mundos. Delirios y ensoñaciones desde Twin Peaks. ¿¡Qué más se puede pedir!?