Dos años (que se dice pronto en teatro) le llevó a Eva Zapico la gestación de El gran arco y, si no hubiese sido gracias a una baja en el Festival Russafa Escènica (2013) de Valencia, que hizo a los organizadores contactar con Zapico y solicitarle un espectáculo, quién sabe, quizá el público estaría todavía inquieto y angustiado, buscando esta obra como algo que tenía que llegar.
El gran arco es una pieza excepcional que, partiendo de la figura de la mujer malvada, acabó adentrándose en ese camino de piedras que conduce a la locura. Creada junto a Suso Imbernón y Ángel Figols, quien interpreta el papel de psicoanalista y durante unos instantes el de paciente -¡joder, se paró mi corazón y el tiempo con ese chasquido»!- ha dado como resultado un arco enorme. La obra representa las innumerables y ocultas caras de la histeria, su incomprensión, ya sea por aquellos mismos que la padecen o por los que la intentan curar, y el deseo, en ocasiones quimérico, de felicidad.
Una pieza mágica, en la que nunca sabes qué va a haber en el siguiente paso, si movimiento, si palabra, psicoanálisis, sexo, una carcajada o tal vez una serpiente naciendo del pubis femenino.
El gran arco vuelve a la sala valenciana Ultramar -c/Alzira 9- los días 21, 22, 23 y 24 de abril a las 20h.